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  • 03 noviembre 2025

A propósito del arte 2025

¿De qué modo el arte, al entrelazarse con la educación en tiempos de información desbordante, puede ampliar la experiencia de aprender?

La experiencia del arte es en primer término intima e individual, lo que permite despertar un pensamiento y emoción genuinamente propios para el sujeto, sin necesidad de aprobación del colectivo, lo que promueve y legitima desde su esencia el pensamiento crítico. El arte, en cualquiera de sus expresiones, hace tangibles conceptos, poniendo sobre el tapete el mundo intelectualizado e intuido. Permitiéndonos explorarlo desde la experiencia física. En este aspecto aporta un valor irremplazable a la hora de aprender y crear nuevos caminos para el desarrollo del pensamiento. Como sugiere el enunciado, vivimos un tiempo de exceso de información. Consecuencia de ello surge la necesidad de procesar todos esos datos, establecer una criba y selección desde un juicio crítico o bucear en ellos hasta integrarlos como propios. Pongamos un ejemplo: “Todas las palabras de la lengua flotan en el aire, potencialmente, todas sirven a definir un concepto” Tratemos ahora de abordar este ejercicio. DIME 30 PROPIEDADES DE UN HIERRO: Un hierro es: un metal, un mineral, una piedra, un conductor, maleable, dúctil, plástico, deformable, agudo, oxidable, corruptible, pesado, denso, opaco, frío. Un hierro: quema, silba, hiere, arde, es un azul que esconde un rojo dentro, cobija, construye… Resuelto este ejercicio, has aprendido lo que es un hierro, la nube de información sigue inalterada, pero tu forma de verla ha cambiado. La obra de arte, es el resultado de un natural proceso de pulsión, intuición, observación, análisis, síntesis y expresión. En conclusión el arte debe aportar todas las preguntas y permitir todas las respuestas.

¿Qué tensiones y posibilidades trae el siglo XXI para los artistas, impulsando la exploración de territorios creativos aún desconocidos?

El primer espacio para las tensiones nace de la esencia de la mediocracia en que vivimos, que enarbola la bandera del «todo vale» y con ello desarma cualquier elemento de juicio o crítica que permita de algún modo abrazar caminos divergentes, alternativos o sencillamente rompedores para con lo que se espera a favor de corriente. Asistimos a un tiempo en el que el debate es ahogado con el beneplácito de la masa que satisfecha del autobombo del consenso colectivo atropella y decapita cualquier manifestación que osa pronunciarse por encima del grupo. Donde la ausencia de contraste nos obliga al tedio agónico y asfixiante del pensamiento único. Servirnos del arte para crear debate y estrategias de insumisión y rebeldía ante un panorama que promueve la uniformidad y proscribe la individualidad y el desarrollo del pensamiento crítico. Crear espacios en los que lo humano y la reconexión con nuestra esencia común, pongan en valor las características de nuestra singular naturaleza, frente a la máquina, al automatismo o el capricho de lo aleatorio del algoritmo. Reconquistar el tiempo y la capacidad de observar, analizar y aprender, frente al consumo compulsivo y frenético que absorbe nuestra atención en ofertas de satisfacción inmediata a través de pantallas y distracciones infinitas. Afrontar el desafío de desenmascarar el intrusismo del tuerto en el país de los ciegos, del juicio deslumbrado por la tecnología, de la desnudez del traje nuevo del emperador, de los hijos de la escuela, del título, del galón en la pechera, de los talentos homologados y frente a esto defender la actitud irreverente de quien todo cuestiona, de quien aventura caminos inciertos, quien resuena con lo primigenio, lo genuino y lo esencialmente humano.

¿De qué manera los paisajes no urbanos, al revelar sus propios ritmos y resistencias, pueden expandir nuestras nociones de pertenencia a una comunidad global?

Es más sencillo sentirse hermanado con un otro por sentarse un rato a la vera del camino que por poseer un bolso de Gucci No se trata de alimentar la diferencia, sino de respetar la diversidad apreciando lo que tenemos en común . El paisaje rural o no urbano, deviene hoy un espacio de resiliencia y resistencia. Donde el modelo de autogestión se convierte en enemigo de los intereses globalitas y homogeneizantes de una sociedad cada día más gregaria y despojada de capacidad crítica. La posibilidad de plantar cara al proyecto de una urbe limitada y limitante , con apuestas localistas de isla-barrio de 15 minutos, en las que toda interrelación se vea sujeta al uso de tecnologías de comunicación, cada vez más observadas y controladas por intereses de terceros. Se hermana con el emergente interés de una colectividad humana, que no está dispuesta a ver como se secuestran todas sus libertades a cambio de supuestas garantías de bienestar comunitario sostenidas por la gestión de un estado paternalista y nuestra dócil obediencia. El extrarradio, el campo y la posibilidad que en particular representa Arévalo, suficientemente apartado de estos criterios limitantes, como para convertirse, en bastión de las artes, sol heliocéntrico de un nuevo sistema divulgador de cultura.

¿Cómo la idea de comunidad, tocada por la creación artística, resuena en tu producción y puede ayudar a construir futuros compartidos?

Mi trabajo responde a la observación del curso de las tendencias sociales, en las que aprecio una creciente crispación y sectarización de la ciudadanía, esto me lleva a cuestionar , porqué buscamos abanderar aspectos circunstanciales y anecdíoticos como señas de identidad, y asidos a estos, tratamos de hacer grupo significativo que encuentre su lugar integrado en el grueso de la sociedad. A lo largo del tiempo he ido adentrándome en distintos colectivos, funcionarios, gitanos, inmigrantes, minorías, en un tiempo en que la deriva social que nos acompaña parece abrazar el alzar banderas individualistas y minoritarias ,capas o pieles estas, con las que vestimos nuestra identidad y que lejos de ser integradoras, resultan a menudo motivo de discrepancia y disonancia , forzando la separación y el conflicto. He buscado elementos comunes y no la piel que diferencia Entiendo la comunidad tocada por la creación artística como un conjunto de personas con una despierta mirada crítica, capaz de adentrarse en debates y trazar líneas de pensamiento que entendiendo la diversidad y pluralidad de enfoques como elemento enriquecedor, estén dispuestas a coincidir en un común a todos en el que en esencia somos iguales y compartimos un mismo barco. En búsqueda de una mejor opción que respetando la singularidad y libertad del individuo, nos permita vivir en paz y equilibrio.

¿Cómo pueden los museos convertirse en espacios de debate y experimentación, nutriendo experiencias emocionales frente a un mundo cada vez más tecnificado?

La tecnificación, no tiene porqué restar posibilidades a una experiencia emocional y tangible y ser sencillamente un recurso en este aspecto. Dado que vivimos un tiempo en el que cada uno de nosotros se expone a miles de fotogramas a diario, la experiencia del museo debería permitirnos despojarnos del ruido y la saturación para llevarnos a abordar cada propuesta desde la desnudez de prejuicios. Entendemos que el museo debe en alguna medida ser custodio o garante de albergar un elemento de valor que merece ser puesto en consideración, bajo este aspecto se asienta la atenta mirada de quien admira una propuesta. El museo, ya ofrece un marco geofísico, la puesta en escena, el recorrido y la posibilidad de una experiencia completa a nivel perceptivo a esto podemos sumar información paralela a modo de archivo documental, que sin duda enriquecerá la experiencia En un tiempo en que las telecomunicaciones abren vías de intercambio en tiempo real, los museos distan mucho de ser meros contenedores de arte. Entender el museo, no como barco varado, sino como epicentro desde el que se irradian acciones que entran en diálogo con el resto de la urbe y que incluso tienden lazos en la distancia. Concibiendo su campo de acción no sujeto a los límites físicos de sus paredes, sino al del alcance de sus propuestas y acciones. Así, recorridos, ritmos e interferencias, pasan a dinamizar el espacio involucrado en la acción artística. Desde la colonización de la urbe con fragmentos de piezas expuestas ya sean visuales o acústicas, encuentros, charlas, talleres, emisión en streaming de secuencias tangenciales de documentación secuestrada de lo cotidiano…serían solo algunos de los muchos caminos a explorar. Hitos públicos que ofrecen una conexión en directo con realidades alejadas.