“Maceta gris”2017
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La pieza muestra un árbol de hierro pintado parcialmente de blanco con el que atravieso el techo de un coche que he llenado de escombros a reventar, la puerta del conductor, arrancada de cuajo y sobre el pavimento, libera el habitáculo del vehículo dejando caer a modo de cascada toda suerte de fragmentos de cascotes, ladrillos y azulejos sobre el suelo. La corrosión de la unión de las piezas que construyen el árbol junto a la forzada rectilineidad de sus ramas acentúan su naturaleza artificial.
Esta pieza bebe de la intención de apelar a un conocimiento mítico de conexión con el Todo que llama a nuestra respuesta subconsciente y ofrece una reacción “natural” ante la propuesta que muestra un árbol inerte que crece en medio de lo estéril. Así, la instalación suscita la espontanea “necesidad de lo vivo” ante el espejo que muestra un insultante sucedáneo en comparación con nuestra experiencia de la naturaleza.