posverdad 2020, no es pais para viejos
madera, hierro, venda de escayola, cables electricos y pintura
«No es país para viejos»2020
Museo La Neomudejar. Madrid
La apariencia que reemplaza a la verdad, el reflejo que sustituye a la reflexión.
La urgencia en deglutir y saciar al educado depredador. Hijo del capricho consentido. De la dejación y la desidia.
Ignorar la vida parapetado al calor de la seguridad ficticia
Texto @vivancosanti
«Posverdad»
Mujer desgastada en el día a día
de una existencia que secciona extremidades,
curte, seca y hiere.
Cuerpo voluptuosamente decadente,
la espalda abierta, sin columna,
una grieta profunda, vertical y honda
que deshace el resto.
Mujer consumida, ajada.
El roce de la erosión dejó en la calle un rastro de carne,
cual leprosa,
muñones en tus miembros.
No mira atrás porque no le enseñaron a hacerlo,
solo a tirar cada día para adelante:
hijos, nietos, sacar adelante un hogar,
su esposo, sus amigas, los disgustos,
la edad, la inexorable decrepitud que nos consume
sin ser conscientes, más que al pasar mucho tiempo,
y ya no somos más que brumas de lo que fuimos.
Muertes, fiestas, trabajo, mucho, misas,
rezos a un Dios de allí, problemas de aquí,
dar de comer diariamente, limpiar, educar,
todos, ¡todos los días!
Migajas, retazos de tu cuerpo que has ido dejando por el camino.
Mujer valiente, gastada, y de una pieza aún.
Menuda en tamaño, pero eres lo que eres por mucho
que falte, eres tú, tu esencia permanece.
En el suelo tus girones de piel son mancillados
por niños sintéticos, descorazonados por la tecnología impuesta.
Juegan sin pudor a amontonar la carne que la mujer dejó varada
en la calle.
Se ríen, no comprenden su quehacer, ni la vida suya y menos aún
la de la mujer de la que se mofaban y fotografiaban con sus móviles.
Creen que son dioses, que pueden reconstruir brazos, manos, piernas…
Desconocen que se gastó siendo feliz e infeliz, siendo honesta.
Ellos completos son mucho más imperfectos,
son agujeros humanos, los hemos hecho así, insensibles, insolidarios, hijos de la posverdad, gerontocidas.
Su pantalla de móvil no da valores, solo colores, ruido, movimiento, absurdez…
Somos culpables de no enseñarles a ser humanos,
sus dioses son los influencers, las noticias sin rigor, lo extravagante.
Estos niños morirán sin saber quienes fueron Gandhi o Mandela,
sin un reto común por el que luchar, sin anclajes de fe,
sin saber que la vida y el planeta que conocemos está en extinción,
en desintegración como la mujer.