VIS a VIS oscar vautherin
La roulotte se halla compartimentada en dos mitades separadas por una mampara de metacrilato oscuro que no permite ver la estancia contigua. Al entrar nos encontramos con una silla, el suelo y las paredes están cubiertas de fotos (retratos sobre papel) desordenadas y amontonadas. Frente a la silla se encuentra un fotomatón, con un interruptor de acceso libre que obtiene una instantánea a través de una webcam e imprime la imagen de manera automática (un ticket-retrato, numerado). Al tiempo que el usuario oprime el pulsador del fotomatón, se ilumina la habitación contigua mostrando su contenido, un féretro que se nos presenta como compañero y testigo de cada uno de los instantes retratados.
Vis a Vis propone un encuentro con uno mismo, la reflexión sobre nuestras cárceles, todas aquellas que asumimos con aparente gratuidad y que se construyen sobre un tiempo que no nos pertenece. Así la compañía de la muerte nos hace estar alerta, atentos a cada instante, nos devuelve al espacio presente.
A la salida de la roulotte un cartel nos recuerda que desde ese punto en adelante, nuestro ticket-retrato ya no es válido.